19.9.07

Misterios cercanos (y verdaderos)

Hace unos meses publiqué un post con unos cuantos "grandes misterios" de temas muy cercanos pendientes de resolver. Porque a veces hay cosas que, por familiares, no somos conscientes que siguen siendo una incógnita para la ciencia y los científicos.

Pues bien, hay muchos más. Por ejemplo, en nuestro cuerpo, una increíble y complejísima máquina, de la que nos queda mucho por entender. Pero no hace falta llegar a los mecanismos de las células, a la estructura del cerebro ni al funcionamiento del sistema nervioso para empezar a dudar. Hay algunas cosas que hacemos y sentimos a diario que siguen siendo un gran misterio.

- No se sabe por qué necesitamos dormir. Estar inconsciente durante varias horas, a primera vista podría parecer incluso peligroso, ya que nos deja muy vulnerables durante más de una cuarta parte de nuestra vida. La naturaleza podría haberse inclinado por mecanismos menos drásticos. Pero lo cierto es que todos los animales "superiores" duermen, así que debe ser una ventaja evolutiva, pero no sabemos cual. Mientras dormimos descansamos y parece que ordenamos nuestras ideas y recuerdos, pero son desproporcionados los graves efectos que tiene la falta de sueño: Cansancio, falta de atención, estrés, depresión, incluso alucinaciones si la vigilia se alarga demasiado. Y al final, acabamos durmiéndonos irremediablemente.

- No sabemos por qué bostezar es contagioso. Terriblemente contagioso. Probablemente, solo con leer esto ya estarás pensando en bostezar. Las teorías sobre por qué ocurre esto son tan dispares (e imaginativas) que es mejor no tomárselas muy en serio, de momento. Además, tampoco está claro ni siquiera para qué sirve bostezar.

- La naturaleza de las cosquillas es un verdadero misterio . ¿Por qué nos provocan esa respuesta tan explosiva? Risa, histerismo, agitación corporal... casi todos reaccionamos si alguien nos "frota" de esa forma tan especial sólo ciertas partes del cuerpo: Planta del pie, costado del tronco, algunas zonas de las piernas... pero no si nos las frotamos nosotros mismos. Y no se sabe por qué.

No hay comentarios: